11 de febrero de 2009

Israel; ¿se entienden a si mismos?

Hoy se han hecho públicos los resultados de las elecciones israelíes celebradas ayer, donde contra todo pronostico ha ganado, de forma pírrica por cierto, la candidata del partido liberal de centro/centro-derecha Kadima, Tzipi Livni. Que se enfrentaba al halcón Benjamin Netanyahu, con su neoliberal y nacionalista Likud.Viendo los resultados, lo primero que se nos presenta es la gran atomización del parlamento Israel. De ahí viene el gran problema y la gran virtud de Israel, que es su sistema electoral.
Problema porque genera toda esta atomización y falta de lideraje claro, además de falta de consenso, que podemos observar en la práctica. Pero gran virtud al mismo tiempo, pues hace que una sociedad tan diversa entre si este prácticamente representada en toda su totalidad. Y es que si lo pensamos, vemos que conviven supervivientes del Holocausto y sus descendientes provenientes de Alemania o Polonia, con nuevos emigrantes de la antigua URSS (su forma de cruzar el telón de acero). Por no hablar de judíos provenientes de Irán, Etiopia, Marruecos, Argentina, EEUU, Yemen… y que a su vez de distinguen según la corriente religiosa, las lenguas, costumbres que guardas de sus antiguos países… Y por si fuera poco, como no hablar de los árabes-israelíes, tanto musulmanes como cristianos.
¿Cómo hace esto? A través de una circunscripción única en todo el país, y un reparto proporcional de los escaños, no por el sistema d’Hondt europeo continental que beneficia a los más votados y proporciona estabilidad a costa de desechar votos. En este sistema, vale tanto el voto del judío cosmopolita laico de Tel Aviv, el del ultraortodoxo de Jerusalén o el del árabe con pasaporte israelí del Negev. Y en consecuencia, todos están representados, pero haber quien los pone de acuerdo.

Y es que este desacuerdo nos lleva al asunto que a nosotros como occidentales más nos interesa, ¿Cómo un parlamento tan heterogéneo y un previsible gobierno tan frágil pueden generar alguna iniciativa que permita al menos estabilizar un poco esa zona? La respuesta es que no puede, no se pueden entender entre si socialistas nacionalistas árabes con neoliberales nacionalistas (pero de su lado) judíos. Solo un poder superior puede hacerlo. Y no hablo de Dios, el ya ha intervenido bastante aquí. Hablo del semidios de la política internacional; los Estados Unidos de Norteamérica.

Solo la Casa Blanca es capaz de presionar a Israel de forma que a estos les importe y se vean obligados a negociar, y se pueda avanzar algo, cosa que hoy no hace. Pero por otro lado debe presionar a los países árabes (y aquí puede jugar un buen papel la UE) para que renuncien a algunas de sus reinvidicación, al igual que Israel. Solo a través de la doble presión de occidente y el resto de la comunidad internacional a ambas partes será posible avanzar y buscar un nuevo marco que puede al menos dejar soñar con la paz. Hoy solo se puede soñar con empezar a soñar la paz.

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