18 de julio de 2010

La “rentabilidad” política de las redes sociales

Reproduzco aquí el artículo que escribí a mediados del mes de Junio del presente año para participar en el Iº Concurso de Ensaño Político, organizado por AVAPOL. Sobre el tema de "las redes sociales 2.0 y la política". Una oportunidad que me permitio reflexionar sobre los cambios que la comunicación política esta experimentando hoy en día. Asimismo, felicitar a la ganadora : Eleazar Gallardo Sánchez. Espero que os agrade.


Las Redes Sociales parecen haberse puesto de moda en el terreno político, pues cada día vemos como partidos, políticos, administraciones, movimientos sociales, u otros actores políticos no cesan de crear nuevas plataformas, perfiles y páginas a través de las cuales actuar y darse a conocer políticamente.

No obstante, ¿Cuál es el verdadero atractivo de las redes sociales para un partido político? A priori, diría que su “rentabilidad”. Pues a diferencia del resto de medios de comunicación su coste económico es extremadamente bajo; prácticamente una persona, un ordenador, y una conexión a internet. No son necesarias grandes movilizaciones de recursos humanos, ni teléfono, ni imprentas ni ningún otro medio que pueda suponer un gasto económico medianamente elevado. A cambio, estos medios dan unas posibilidades de éxito y difusión muy atractiva para casi cualquier organización.

Pues a ese coste, por muy poca difusión que consigan, será ya un claro beneficio. Además, suponemos que si fuera de internet una organización ya se encuentra implantada, cuando desembarque en la red, su consolidación será mucho más fácil y rápida. Pero al mismo tiempo, una organización muy minoritaria puede usar estos medios para lanzarse mediática y políticamente. Por tanto, estos medios son de gran utilidad tanto para los movimientos políticos mayoritarios, como minoritarios; tradicionales, o de nuevo cuño.

Pero, ¿son realmente útiles estas herramientas de comunicación? Ello depende en primer lugar de la propia cultura política de cada nación; los hábitos que los ciudadanos de una sociedad tienen para relacionarse con su sistema político (pero también económico o social). De tal forma que una campaña online será mucho más eficaz en Estados Unidos que en España, únicamente por que los estadounidenses llevan más tiempo desenvolviéndose con internet y lo asumen de una forma más natural que un español. Al igual que el factor edad, pues una campaña online es mucho más sensible a estratos jóvenes de la población, que a ancianos, e incluso adultos. Esto condiciona el mensaje y forma del mismo, pero al mismo tiempo permite a los partidos intentar comunicarse con el elemento poblacional más abstencionista y apático; con diferencia. Objetivo que parece encontrarse en el frontón comunicacional de cualquier partido que se precie. Aun así, es mucho más probable que un adolescente español se una antes en Facebook a un perfil de: “Señoras que…” que al de la agrupación local del partido X en el lugar Y.

Por tanto, ¿Quién es el más proclive a participar políticamente en las redes sociales? Quien ya se encontraba movilizado o convencido con anterioridad. Pues encuentran en la red su perfecto lugar de expresión y libre participación, dentro de la dinámica partidista en la que se está mínimamente envuelto. Convirtiéndose también este espacio online en una plataforma de captación de miembros, dirigiéndose hacia quien ya estaba previamente interesado o motivado, pero no movilizado.

Así pues, la red social se pone al servicio de las elites partidistas que la convierten en una cadena de transmisión política y comunicacional, entre la propia élite y las bases de la organización.

Parece otorgárseles a las campañas online una increíble capacidad de convencimiento De las cuales personalmente dudo. Estas no lo hacen todo, es necesario un componente previo. Por ejemplo, en este terreno se alude casi canónicamente a la campaña de Barack Obama hacia la presidencia de los Estados Unidos de América. Se dice que su ejemplar campaña online le llevo a la victoria, no obstante, yo opino que esta campaña online fue tan exitosa, porque transmitía continuamente los actos que diariamente realizaba el candidato. Es decir, sirvió para mantener conectados al candidato y al elector.

La web jamás hubiera sido tan eficaz, ni hubiera producido tal sinergia entre la campaña real y la online, si no se hubieran realizado los mítines, encuentros y manifestaciones que día tras día realizaban el candidato y su equipo. Y que no solo se mostraba en la web.

De igual forma, que es muy probable que un ciudadano de a pie, antes de buscar “Obama 2008” en Google durante la campaña, ya hubiera oído ese nombre antes, bien en un medio de comunicación, un cartel, o habiéndolo escuchado de alguna persona cercana.

Es por ello que opino que se ha sobredimensionado la alta capacidad “convencedora” estos nuevos medios de comunicación política. Una arenga política tiene infinitamente más de valor per se, oída en vivo de quien la defiende en medio de una multitud exaltada, como en un meeting. Que escrita en Facebook o vista en Youtube. Su efecto en el individuo será mucho más fuerte y duradero, haciéndole más proclive a implicarse políticamente. Más si los partidos reducen su comunicación online a copiar y pegar los lemas usados en mítines o argumentarios en sus estados de Facebook, Twitter o Tuenti.

En general, nos encontramos ante un dilema, la “cantidad” contra la “calidad” de un mensaje. La repetición que nos ofrecen las redes sociales contra la mayor impresión y efecto de las acciones tradicionales. Por tanto, si sabemos elegir en que grado y función utilizar cada uno de los medios, atendiendo al contexto en el que nos encontramos, podremos extraer lo mejor de cada uno y hacer más efectiva y eficaz una acción política. Y por supuesto, más rentable para quien la ha impulsado. La red social bien usada puede aportar muchísimo a los actos políticos, pero nunca podrá sustituirla. Nos es necesario buscar la sinergia perfecta entre ambos factores.

9 de marzo de 2010

Del “Spain is different” al “I need Spain”.

Ambos son dos eslóganes para promocionar a España en el extranjero, concretamente para atraer turistas. Y se supone que estos eslóganes, deben de ser frases sencillas y concisas, pero que puedan aglutinar en si mismas a todo un país, para venderlo.

En mi opinión, ambos reflejan claramente dos momentos muy diferentes de la historia reciente de España, y más aún, del estado anímico de la misma. El primero muestra un país acomplejado y con ganas de justificarse ante el resto del mundo, y más concretamente ante sus congéneres europeos. Un lema que salio durante los años 60 del propio Ministerio de Turismo (con Don Manuel Fraga Iribarne a la cabeza) y que veía la oportunidad de justificar ante la opinión publica internacional a un país atrasado económica y socialmente, un régimen autoritario rodeado de democracias y donde aún estaba reciente la guerra civil. Y todo en una sola frase.

El segundo en cambio fue presentado la semana pasada por el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio para el mismo fin que el anterior, pero con una matización. Si antes parecía que nos quisiéramos justificar por ser lo que éramos, ahora lo contrario, hemos crecido, somos modernos y hasta destacamos en muchos campos. Tenemos tan buena consideración de nosotros mismos que el resto nos necesitan. Y quien sabe si es que no necesitamos creérnoslo hasta nosotros mismos ante la situación que estamos viviendo. Nos representa.

Se aprecia un gran cambio, especialmente en lo que a la propia autoestima nacional se refiere. Como la frase más tonta puede psicoanalizar a todo un país.



24 de enero de 2010

California y la Marihuana

Es interesante la relación que ha tenido la sociedad norteamericana con las drogas, es el país que más consume, las tolera privadamente, el que más gasta en erradicarlas (tanto internamente como desde los países productores) y el que más las difama públicamente. Pero si hay algún territorio de la Unión que se lleve la palma, ese es California, sin lugar a duda. El primer estado que legalizo la marihuana para usos terapéuticos en 1996, y al que cada año se van uniendo lentamente algún otro estado de la Unión. De hecho, el mismo día que se eligió presidente a Barack Obama, los electores de Michigan legalizaron esta práctica en su estado mediante referéndum. O el Estado de Nueva Jersey hace unas semanas.


En el caso de California, bajo receta se puede adquirir fácilmente, no en farmacias, pero si en locales especializados, a la vista y en lugares públicos, si bien quienes se dedican a esta actividad, no deben perseguir lucro alguno. No obstante la venta al público general sigue estando perseguida. Aun así, más de uno consigue recetas falsasy similares que le permiten adquirir la dichosa sustancia, de forma “legal”. De hecho, la semana pasada, el Tribunal Supremo de California,despenalizo el cultivo de marihuana entre los consumidores enfermos y los limites, tanto en el cultivo como en la compra del producto. Todo ello, bajo ninguna supervisión medica.


Para más inri, el pasado Mayo el Gobernador del Estado de California, Arnold Schwarzenegger (alias Governator) propuso abiertamente la imposición de impuestos especiales a la marihuana y deja la puerta abierta, a una posible legalización que sacaría a la luz un mercado negro e irregularizado que mueve miles de millones de dólares al año. Un mercado, que por supuesto, seria gravado, y generaría unos ingresos extra que no les vendrían mal a las maltrechas arcas de California. Debiendo 42.000 millones de dólares, siendo el estado mas endeudado de los Estados Unidos.


El caso de California es paradigmático y puede que premonitor, con el tiempo, las sociedades avanzadas deben hacer frente al problema que representan las drogas, su aceptación social y sus consecuencias de todo tipo (sanitarias, sociales, políticas, de seguridad o medio ambientales). Deberán enfrentarse a el abiertamente, ya sea para parchear el déficit publico o para desintoxicar a importantes estratos de la población.

"We are here"


Se suele decir que una imagen vale más que mil palabras, pero hay imágenes, que pueden valer cientos o miles de vidas. Esta no es una de ellas. Es una imagen puramente política, propagandística y publicitaria. Un barco puede llevar el mismo cargamento humanitario que 50 helicópteros, pero el helicóptero de rescate aterrizando sobre las ruinas del Palacio Presidencial de Puerto Príncipe viene a decir “ya estamos aquí y venimos a ayudaros”, mas bien trae un cargamento de esperanza.