Reproduzco aquí el artículo que escribí a mediados del mes de Junio del presente año para participar en el Iº Concurso de Ensaño Político, organizado por AVAPOL. Sobre el tema de "las redes sociales 2.0 y la política". Una oportunidad que me permitio reflexionar sobre los cambios que la comunicación política esta experimentando hoy en día. Asimismo, felicitar a la ganadora : Eleazar Gallardo Sánchez. Espero que os agrade.
Las Redes Sociales parecen haberse puesto de moda en el terreno político, pues cada día vemos como partidos, políticos, administraciones, movimientos sociales, u otros actores políticos no cesan de crear nuevas plataformas, perfiles y páginas a través de las cuales actuar y darse a conocer políticamente.
No obstante, ¿Cuál es el verdadero atractivo de las redes sociales para un partido político? A priori, diría que su “rentabilidad”. Pues a diferencia del resto de medios de comunicación su coste económico es extremadamente bajo; prácticamente una persona, un ordenador, y una conexión a internet. No son necesarias grandes movilizaciones de recursos humanos, ni teléfono, ni imprentas ni ningún otro medio que pueda suponer un gasto económico medianamente elevado. A cambio, estos medios dan unas posibilidades de éxito y difusión muy atractiva para casi cualquier organización.
Pues a ese coste, por muy poca difusión que consigan, será ya un claro beneficio. Además, suponemos que si fuera de internet una organización ya se encuentra implantada, cuando desembarque en la red, su consolidación será mucho más fácil y rápida. Pero al mismo tiempo, una organización muy minoritaria puede usar estos medios para lanzarse mediática y políticamente. Por tanto, estos medios son de gran utilidad tanto para los movimientos políticos mayoritarios, como minoritarios; tradicionales, o de nuevo cuño.
Pero, ¿son realmente útiles estas herramientas de comunicación? Ello depende en primer lugar de la propia cultura política de cada nación; los hábitos que los ciudadanos de una sociedad tienen para relacionarse con su sistema político (pero también económico o social). De tal forma que una campaña online será mucho más eficaz en Estados Unidos que en España, únicamente por que los estadounidenses llevan más tiempo desenvolviéndose con internet y lo asumen de una forma más natural que un español. Al igual que el factor edad, pues una campaña online es mucho más sensible a estratos jóvenes de la población, que a ancianos, e incluso adultos. Esto condiciona el mensaje y forma del mismo, pero al mismo tiempo permite a los partidos intentar comunicarse con el elemento poblacional más abstencionista y apático; con diferencia. Objetivo que parece encontrarse en el frontón comunicacional de cualquier partido que se precie. Aun así, es mucho más probable que un adolescente español se una antes en Facebook a un perfil de: “Señoras que…” que al de la agrupación local del partido X en el lugar Y.
Por tanto, ¿Quién es el más proclive a participar políticamente en las redes sociales? Quien ya se encontraba movilizado o convencido con anterioridad. Pues encuentran en la red su perfecto lugar de expresión y libre participación, dentro de la dinámica partidista en la que se está mínimamente envuelto. Convirtiéndose también este espacio online en una plataforma de captación de miembros, dirigiéndose hacia quien ya estaba previamente interesado o motivado, pero no movilizado.
Así pues, la red social se pone al servicio de las elites partidistas que la convierten en una cadena de transmisión política y comunicacional, entre la propia élite y las bases de la organización.
Parece otorgárseles a las campañas online una increíble capacidad de convencimiento De las cuales personalmente dudo. Estas no lo hacen todo, es necesario un componente previo. Por ejemplo, en este terreno se alude casi canónicamente a la campaña de Barack Obama hacia la presidencia de los Estados Unidos de América. Se dice que su ejemplar campaña online le llevo a la victoria, no obstante, yo opino que esta campaña online fue tan exitosa, porque transmitía continuamente los actos que diariamente realizaba el candidato. Es decir, sirvió para mantener conectados al candidato y al elector.
La web jamás hubiera sido tan eficaz, ni hubiera producido tal sinergia entre la campaña real y la online, si no se hubieran realizado los mítines, encuentros y manifestaciones que día tras día realizaban el candidato y su equipo. Y que no solo se mostraba en la web.
De igual forma, que es muy probable que un ciudadano de a pie, antes de buscar “Obama 2008” en Google durante la campaña, ya hubiera oído ese nombre antes, bien en un medio de comunicación, un cartel, o habiéndolo escuchado de alguna persona cercana.
Es por ello que opino que se ha sobredimensionado la alta capacidad “convencedora” estos nuevos medios de comunicación política. Una arenga política tiene infinitamente más de valor per se, oída en vivo de quien la defiende en medio de una multitud exaltada, como en un meeting. Que escrita en Facebook o vista en Youtube. Su efecto en el individuo será mucho más fuerte y duradero, haciéndole más proclive a implicarse políticamente. Más si los partidos reducen su comunicación online a copiar y pegar los lemas usados en mítines o argumentarios en sus estados de Facebook, Twitter o Tuenti.
En general, nos encontramos ante un dilema, la “cantidad” contra la “calidad” de un mensaje. La repetición que nos ofrecen las redes sociales contra la mayor impresión y efecto de las acciones tradicionales. Por tanto, si sabemos elegir en que grado y función utilizar cada uno de los medios, atendiendo al contexto en el que nos encontramos, podremos extraer lo mejor de cada uno y hacer más efectiva y eficaz una acción política. Y por supuesto, más rentable para quien la ha impulsado. La red social bien usada puede aportar muchísimo a los actos políticos, pero nunca podrá sustituirla. Nos es necesario buscar la sinergia perfecta entre ambos factores.
1 comentario:
Muy buenas tardes, Javier. Soy Eli Gallardo (aunque el nombre confunde, soy un chico). En primer lugar, enhorabuena por tu artículo. Dejas muy claro la idea de rentabilidad política que puede esperarse de los instrumentos TIC y las redes sociales. Intenté también apuntar en el ensayo esta idea, porque más que comunicación política, lo que realmente vemos son "publicidad política", que lógicamente espera rentabilizarse.
Y en segundo lugar, muchísimas gracias por la felicitación, el premio es compartido con todos los que participásteis, de verdad. Enhorabuena también por el blog, y que sigas publicando. ¡Un saludo!
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