16 de marzo de 2009

Reflexión propia sobre el liberalismo económico en la crísis financiera global

El liberalismo económico debe ser visto como un signo de madurez y desarrollo, pero a su vez implica la aceptación de cierto nivel de responsabilidad. Este es mi principio, del cual parto.


Si lo comparamos con la crisis financiera global que actualmente vivimos podríamos deducir como gran parte de los países occidentales no estaban preparados para semejante nivel de libre mercado. ¿Razón? Pueden ser muchas pero yo me inclinaría por que sus propios ciudadanos no han sabido asumir la responsabilidad a que obliga la libertad (y aquí concretamente la libertad de mercado). Ya lo decía Max Weber en su obra: “la ética protestante y el espíritu del capitalismo”; el capitalismo empezó como el trabajo duro y la mida modesta, ambos como glorificación hacia Dios. Efectos ambos que una vez asentados continuarían por inercia, sin necesidad de justificación divina.

No obstante hemos visto como los tiburones de la City o de Wall Street ni trabajaban, ni llevaban una vida modesta. ¿Hemos olvidado los principios? En mi opinión es muy posible.

Cada día se debate mas sobre que hacer con los bancos, ¿seguir inyectando efectivo cual yonki se tratara? ¿formar “Bad Banks” con todos los activos tóxicos? ¿o simple y llanamente nacionalizarlos?

Si de verdad se nacionalizaran, parcial o total, temporal o definitivamente. Seria un gran paso hacia atrás para la globalización y la liberalización económica, pero en mi opinión no necesariamente “malo” pues permitiría a los estados enmendar los errores de “libertinaje económico” causados últimamente y que han sumido a todo el planeta en un pozo.

Mientras, por otro lado vemos como países menos desarrollados y con un nivel mucho menor de liberalización económica (y mucho más reciente), y a su vez dotados de recursos como China, pero sobretodo Brasil poseen los instrumentos para salir los primeros de la crisis e incluso arrastrar a sus vecinos. Siendo además estados donde el equilibrio entre lo económicamente público y lo privado es engañoso. No obstante, no nos engañemos y pensemos que el estado es la única y gran panacea (puede que lo sea un poquito más de Estado, el grado que había en los años 60 por ejemplo). Y es que estados fuertemente “desprivatizados” como Venezuela o Cuba lo tienen tan o más complicado que los países híper liberalizados.

Los extremos no sirven aquí; ni Chávez predicando el fin del capitalismo, ni Aznar ofreciendo las mismas recetas que se usaban hasta hace 6 meses.

En resumen, la libertad va aparejada con la responsabilidad, y durante el último periodo creo que se ha otorgado demasiada libertad, a cambio de ninguna responsabilidad. Puede que sea el momento de dar un pequeño pasa atrás con tal de aprender la lección.

1 comentario:

Gensin dijo...

Esta historia me suena... demasiada libertad para el ser humano se traduce irremediablemente en fracaso. Una idea similar al liberalismo económico es el liberalismo social que toma su cariz más radical en el anarquismo puro. La anarquia ofrece la libertad absoluta al ser humano (y ello conlleva todas las responsabilidades) y, ¿Qué es el anarquismo en la práctica? un fracaso.

Podriamos deducir de ello que los humanos somos incapaces de soportar cierto nivel de responsabilidad (Aunque sea para tener más libertad). Igual tiene razón Desmond Morris al afirmar que los humanos creamos a los dioses por nuestro deseo de desacernos de las responsabilidades que conlleva la vida.